La distancia, hizo el olvido, pero no para los dos.

 Y es que cada uno de estos kilómetros me matan, me destruyen por dentro. Y a ésto ayuda, que ahora mismo, sólo te quiera yo, que tú dejaras de sentir ésto de un día para otro... es que no lo entiendo. Te hablo y me dices que no hay nada de lo que hablar, pero en realidad, eres tú el que no tiene nada que decirme, porque yo, un día me tragué mis palabras, no te dije lo que te quería, ni lo bueno que estabas. ¿Crees que me sirve que ya estando alejados me dijeras que me querías? No, sinceramente, eso lo empeoró, porque yo me enamoré más, como la imbécil que soy. Asique, aquí estoy, con los kilómetros de distancia, mis sentimientos guardados y con tu imagen en mi cabeza. Algún día tendré que olvidarte, ¿no? Pues como ese día tarde en llegar, no sé que va a ser de mí.